lunes, 25 de abril de 2011

Reflexiones raras (2)


Imagino que estar triste, tiene que ser esto... Sentada en mi butaca de piel con mi vaso ancho lleno de hielo y whisky, un cigarro consumiéndose entre mis dedos mientras mi mente se abstrae del mundo, para recordarme lo nimia y poco importante que soy. Repaso cada uno de los capítulos de mi vida en busca de algo que realmente haya merecido la pena ¿Y que encuentro? Espacios vacíos, lagunas de momentos que pude haber vivido y no viví. He de reconocer que la sensación de tristeza me lleva acompañando desde que tengo edad para ser consecuente con mis actos, pero nunca de este modo afectando no sólo a mi estado anímico sino al físico... Soy incapaz de controlar mi cuerpo, me pesa demasiado, me agobia estar y sentir mi piel.


Le doy una calada a mi cigarro, expulso el aire y una lágrima recorre mi rostro, debería dejar de pensar, no soluciono nada... ¿Como cambiar un hábito tan arraigado en mi persona? No hay solución, tengo que vivir con ello. No entiendo por que mi cabeza está jugando conmigo, no lo entiendo, lucho contra mis pensamientos, lucho por no estar triste, pero simplemente no puedo, quizás sea, por que en el fondo es mi estado natural... Noto como el whisky baja por mi garganta recordándome que sigo despierta ¿Que estoy haciendo? ¿Que coño estoy haciendo? ¿Por que no puedo mantenerme fría? ¿Por que no puedo dejar de llorar? ¿Por que mi cabeza tiene que ser tan compleja? Por que digo que es compleja, por que ni yo misma la entiendo, hace lo que le viene en gana, a veces la mantengo a raya, pero otras ocurre esto... Invasión masiva de pensamientos pasados que producen sentimientos contradictorios en mí y peor aún consigue que entristezca. Por ahora seguiré con mi whisky y mi cigarro hasta que consiga tapar recuerdos...


miércoles, 13 de abril de 2011

Reflexiones raras (1)


¿Mi primer recuerdo? ¿El primer recuerdo que tengo sobre mi existencia? Simple, yo apoyando la cabeza sobre las piernas de mi madre despertando de un sueño de mediodía. No recuerdo haberme dormido, tampoco como llegué a ese sofá, pero si sabía que la mujer que me acariciaba el pelo y me preguntaba ¿como se puede ser tan bonita? Era mi madre. Tuve la sensación más extraña de mi vida, como si me hubiese metido en el cuerpo de una niñita, como si tuviese la oportunidad de vivir de nuevo. Y todo por ese maldito sueño que sí recordaba, recuerdo y recordaré... En el yo era una persona adulta, lo que ocurría en el sueño no tiene relevancia, por que en el sueño lo único que hacía era vivir...

Esa primera experiencia de vida, siempre ha influido en mí, como si tarde o temprano tuviese que dejar este cuerpo y despertarme de otro sueño, por eso todas las mañanas cuando me despierto me miro las manos, muevo los dedos de los pies y doy gracias por seguir en este cuerpo, en esta vida...

Sé que tarde o temprano tendré que dejar este cuerpo, pero necesito adquirir más experiencia para que en mi próxima vida recuerde algo e intentar no cometer tantos errores...


lunes, 4 de abril de 2011

Me sentía húmeda...


Hoy me propuse algo, lo necesitaba, mi cuerpo lo pedía, no lo pedía lo gritaba y yo tenía que dárselo, ya había esperado demasiado, lo había echo otras veces pero nunca lo había anhelado como esta.

Supongo que hacia tiempo que no lo hacia y no recordaba bien lo que me producía, pero al cabo de un rato, me sentía húmeda, mojada, el calor se desprendía de mi cuerpo como proyectiles, mi agitación era mayor, mi ritmo cardíaco se aceleraba, mis movimientos aunque lentos al principio se volvían cada vez más rápidos, me sentía extasiada, cuanto más me movía más quería moverme, es como si estuviese drogada, pero de pronto empecé a notar un hormigueo por mis piernas subiendo hacía arriba, por un momento me alejé del mundo, me dejé llevar por el agotamiento... Sí me dio una bajada de azúcar en el gimnasio, que gente más mal pensada...