sábado, 28 de marzo de 2009


Mis pies acarician el asfalto, mientras el olor a piedra mojada se impregna en mi nariz, recordandome dónde estoy, por un instante cierro los ojos y me olvido de todo, sólo dejo que mis sentidos guien mi camino llevandome por las enmarañadas calles de la zona antigua de la ciudad, las gotas de lluvia resbalan por mi cara, como lágrimas en la noche... Y Pienso que todo día siempre puede ser mejor... Rodeada de lluvia, de sol, de viento...

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